Pablo insta a los corintios a despertar de su letargo espiritual y a vivir de una manera que esté en sintonía con su fe. El llamado a "despertar a justicia" es un ruego por la autoconciencia y la responsabilidad moral. Pablo resalta la importancia de detener los comportamientos pecaminosos que pueden desviar a otros o dar un mal testimonio a aquellos que no conocen a Dios. Esta admonición sirve como un recordatorio de que los creyentes tienen una responsabilidad no solo hacia sí mismos, sino también hacia la comunidad en general. La mención de la vergüenza no es para condenar, sino para provocar una reflexión profunda sobre cómo la vida de uno refleja sus creencias. Pablo enfatiza que vivir una vida de integridad y rectitud es crucial, no solo para la salvación personal, sino también por el bien de aquellos que aún no comprenden o aceptan el mensaje de Dios. Al vivir correctamente, los creyentes pueden ser un faro de la verdad y el amor de Dios, animando a otros a buscarlo y conocerlo.
Despertad a justicia, y no pequéis; porque algunos no tienen conocimiento de Dios. A vergüenza vuestra lo digo.
1 Corintios 15:34
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