Pablo se dirige a los corintios con un profundo misterio sobre los tiempos finales. Revela que no todos los creyentes experimentarán la muerte, a menudo referida como 'sueño' en términos bíblicos, pero todos experimentarán una transformación significativa. Este cambio es parte de la promesa de resurrección, un pilar de la esperanza cristiana. La transformación significa la transición de los creyentes de lo mortal a lo inmortal, de lo perecedero a lo imperecedero, como parte del plan redentor de Dios. Esta certeza de cambio está destinada a consolar y alentar a los creyentes, enfatizando que el plan final de Dios es uno de renovación y vida eterna. El misterio del que habla Pablo no busca confundir, sino inspirar asombro ante el plan divino que trasciende la comprensión humana. Resalta la certeza de la promesa de Dios y la esperanza de un futuro donde los creyentes se unirán a Cristo en gloria. Esta enseñanza subraya el poder de Dios para traer una nueva creación, transformando a los fieles en un estado de alegría y paz eternas.
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados,
1 Corintios 15:51
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