En un período de gran agitación en Israel, Semaías, un profeta, recibe un mensaje divino. Esto ocurre durante la división del reino tras el reinado de Salomón, un tiempo marcado por tensiones y conflictos potenciales. Profetas como Semaías desempeñaron roles cruciales en guiar al pueblo según la voluntad de Dios, actuando como intermediarios entre Dios y su pueblo. La mención de que Semaías recibe una palabra de Dios enfatiza la importancia de la guía divina en el liderazgo y la toma de decisiones. Sirve como un recordatorio de que incluso en medio de la agitación política y social, Dios sigue siendo soberano y se comunica activamente con su pueblo. Al enviar mensajes a través de los profetas, Dios proporciona claridad y dirección, ayudando a navegar situaciones complejas. Este pasaje anima a los creyentes a buscar y atender la sabiduría divina, confiando en que Dios está presente e involucrado en sus vidas, listo para ofrecer guía a través de sus instrumentos elegidos.
Pero la palabra de Dios vino a Semaías, varón de Dios, diciendo:
1 Reyes 12:22
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