En el contexto de la guerra antigua, los elefantes eran activos formidables en el campo de batalla, comparables a los vehículos blindados de hoy. Este pasaje ilustra una táctica específica utilizada para preparar a estas enormes criaturas para el caos de la batalla. Al darles jugo de uva y morera, los soldados buscaban energizarlos y estimularlos, haciéndolos más agresivos y efectivos en combate. Este método subraya la planificación estratégica y la manipulación psicológica involucradas en las tácticas militares antiguas, donde se buscaba cada ventaja para asegurar el éxito.
El uso de elefantes en la batalla fue un aspecto significativo de la guerra en el período helenístico, y su presencia podía intimidar y desestabilizar a las fuerzas enemigas. La preparación de los elefantes con sustancias estimulantes refleja el tema más amplio de utilizar todos los recursos disponibles para obtener una ventaja. Este pasaje invita a reflexionar sobre la ingeniosidad de los pueblos antiguos y su capacidad para adaptarse e innovar ante los desafíos. Sirve como un recordatorio de la compleja interacción entre humanos y animales a lo largo de la historia, y del espíritu humano perdurable de creatividad y determinación para superar obstáculos.