Jesucristo, después de su resurrección, ascendió al cielo y ocupó su lugar a la diestra de Dios. Esta posición simboliza la autoridad suprema y el honor, indicando que Jesús ha sido exaltado sobre todo. La mención de ángeles, autoridades y poderes sometidos a Él resalta su dominio tanto en el ámbito espiritual como en el terrenal. Este es un poderoso recordatorio para los creyentes de la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, y su reinado continuo como Señor de todo. Proporciona la certeza de que nada está fuera de su control y que Él está trabajando activamente para el bien de aquellos que lo aman. Esta verdad anima a los cristianos a vivir con confianza y esperanza, sabiendo que su fe está anclada en un Salvador que es tanto poderoso como compasivo. También llama a los creyentes a someterse a su autoridad en sus propias vidas, confiando en su sabiduría y guía. El versículo sirve como fuente de consuelo y fortaleza, afirmando que Jesús está involucrado activamente en el mundo y en la vida de sus seguidores.
22 que está a la diestra de Dios, habiendo ido al cielo; á quienes á la vez están sujetos á los ángeles y autoridades y potestades.
1 Pedro 3:22
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