Samuel, el profeta, le está proporcionando a Saúl una señal profética para afirmar su unción como el primer rey de Israel. Este encuentro con dos hombres cerca del sepulcro de Raquel es una de varias señales que Samuel le da a Saúl, destinadas a asegurarle la presencia y guía de Dios. Los hombres informan a Saúl que las asnas que él buscaba han sido halladas, lo que simboliza la resolución de preocupaciones pasadas y un cambio de enfoque hacia sus nuevas responsabilidades. Este mensaje también transmite la íntima implicación de Dios en la vida de Saúl, abordando tanto sus preocupaciones personales como la inquietud de su padre por su seguridad. La mención del sepulcro de Raquel, un hito significativo, añade profundidad histórica y emocional, recordándole a Saúl su herencia y la continuidad de las promesas de Dios a Israel. Este encuentro es un momento crucial, marcando la transición de Saúl de una vida ordinaria a un papel de liderazgo divinamente designado, enfatizando el cuidado y la provisión de Dios en asuntos tanto personales como nacionales.
Cuando te haya apartado de mí hoy, hallarás dos hombres cerca del sepulcro de Raquel, en la frontera de Benjamín en Zela; y ellos te dirán: Las asnas que habías ido a buscar se han hallado, y he aquí tu padre ha dejado de inquietarse por las asnas, y está afligido por vosotros, diciendo: ¿Qué haré acerca de mi hijo?
1 Samuel 10:2
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