Los tres hijos mayores de Isaí, Eliab, Abinadab y Samá, son presentados como parte del ejército de Saúl, lo que indica su participación activa en la defensa de Israel. Este detalle no solo establece sus roles en la narrativa, sino que también resalta la implicación de la familia en los asuntos nacionales. La mención de estos hijos prepara el escenario para la introducción de David, quien, aunque no forma parte del ejército al principio, pronto se convertirá en una figura central en la historia de Israel. Este contexto enfatiza los temas del deber, el valor y el desarrollo del plan de Dios a través de individuos aparentemente ordinarios. La historia de David y Goliat, que sigue, es un testimonio de cómo Dios puede usar a cualquiera, sin importar su posición inicial, para lograr grandes cosas. Este versículo nos recuerda la importancia de estar preparados y dispuestos a asumir los roles que Dios tiene para nosotros, incluso si no son inmediatamente evidentes.
Y los tres mayores hijos de Isaí habían ido en pos de Saúl a la guerra; y los nombres de sus tres hijos que habían ido a la guerra eran Eliab el primogénito, y el segundo Abinadab, y el tercero Samá.
1 Samuel 17:13
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