El quinto y último capítulo de 1 Tesalonicenses se centra en la venida del día del Señor y la actitud que los creyentes deben tener ante este evento. Pablo advierte que el día del Señor vendrá como un ladrón en la noche, y por lo tanto, los creyentes deben estar siempre vigilantes y preparados. Les anima a vivir como hijos de la luz, evitando la oscuridad y el desenfreno. Este capítulo también incluye exhortaciones prácticas sobre la vida comunitaria, como el respeto a los líderes, la edificación mutua y la importancia de la oración constante. Pablo concluye con una serie de exhortaciones finales y una bendición, reafirmando la esperanza y la identidad de los creyentes en Cristo. Este cierre resalta la importancia de vivir en anticipación del regreso de Jesús y de mantener una vida de fe activa y comprometida.
1 Tesalonicenses capítulo 5
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