El primer capítulo de 2 Crónicas nos presenta a Salomón, el hijo de David, en un momento crucial de su reinado. Tras la muerte de su padre, Salomón se enfrenta a la inmensa tarea de gobernar Israel. En un encuentro divino, Dios se le aparece y le ofrece cualquier cosa que desee. En lugar de pedir riquezas o larga vida, Salomón elige sabiduría para gobernar a su pueblo. Esta elección no solo refleja su humildad, sino también su deseo de justicia y rectitud. Dios, complacido con su petición, no solo le concede la sabiduría que pidió, sino también riquezas y honor sin igual. Este capítulo establece el tono para el reinado de Salomón, marcando el inicio de una era de paz y prosperidad en Israel, y prepara el escenario para la construcción del Templo, un lugar donde la presencia de Dios habitará entre su pueblo.
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