El vigésimo capítulo de 2 Crónicas relata un momento de crisis para Judá cuando una coalición de naciones se levanta contra Jehosafat. Ante esta amenaza, el rey convoca a todo Judá a un día de oración y ayuno, buscando la ayuda de Dios. En un acto de humildad y dependencia, Jehosafat se dirige al Señor, recordando sus promesas y pidiendo dirección. Dios responde a la oración a través del profeta Jahaziel, quien asegura al pueblo que la batalla no les pertenece, sino a Dios. Este capítulo resalta la importancia de buscar a Dios en tiempos de dificultad y la certeza de que Él está presente en medio de la adversidad. La fe de Jehosafat y la respuesta divina culminan en una victoria milagrosa, donde el pueblo de Judá observa cómo sus enemigos se destruyen entre sí. Este relato es un poderoso recordatorio de que la oración y la fe en Dios pueden traer liberación y victoria en situaciones imposibles.
2 Crónicas capítulo 20
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