El vigésimo sexto capítulo de 2 Crónicas narra la historia de Uzías, quien se convierte en rey de Judá y experimenta un reinado de prosperidad y éxito. Al buscar a Dios y seguir sus caminos, Uzías logra grandes victorias militares y fortalece su reino. Sin embargo, a medida que su poder crece, también lo hace su orgullo. Uzías decide entrar en el Templo para ofrecer incienso, un acto reservado solo para los sacerdotes. Esta transgresión provoca la ira de los sacerdotes, quienes intentan detenerlo. A pesar de sus advertencias, Uzías se niega a escuchar y es golpeado por una enfermedad en su frente como castigo divino. Este capítulo destaca la importancia de la humildad y el respeto por las instrucciones de Dios. La historia de Uzías es un poderoso recordatorio de que el éxito y la prosperidad no deben llevarnos a la arrogancia, sino a una mayor dependencia de Dios.
2 Crónicas capítulo 26
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