El vigésimo noveno capítulo de 2 Crónicas presenta a Ezequías, quien asume el trono de Judá y se compromete a restaurar la adoración verdadera. Reconociendo la corrupción y la idolatría que han permeado el reino, Ezequías inicia reformas religiosas significativas. Su primer acto es purificar el Templo, que había sido profanado por sus predecesores. Ezequías convoca a los sacerdotes y levitas para que se purifiquen y preparen el Templo para la adoración. Este capítulo destaca la importancia de la renovación espiritual y el regreso a la verdadera adoración. Ezequías también envía mensajeros a todo Israel y Judá, invitando al pueblo a regresar al Señor. Su liderazgo y compromiso con Dios son fundamentales para restaurar la relación entre Dios y su pueblo, mostrando que el arrepentimiento y la obediencia pueden traer renovación y bendición.
2 Crónicas capítulo 29
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