En el undécimo capítulo de 2 Corintios, Pablo continúa defendiendo su apostolado, pero lo hace de una manera inusual al enumerar sus sufrimientos y sacrificios por el evangelio. Este enfoque contrasta con los falsos apóstoles que se jactan de sus logros y habilidades. Pablo comparte su experiencia de ser azotado, encarcelado y perseguido, no como un signo de debilidad, sino como una evidencia de su compromiso con Cristo. Este capítulo destaca la importancia de la autenticidad en el liderazgo espiritual, donde el sufrimiento y la debilidad se convierten en un testimonio del poder de Dios. Pablo también menciona su preocupación constante por las iglesias, mostrando su amor y dedicación hacia los creyentes. A través de su vulnerabilidad, Pablo invita a los corintios a reconocer que el verdadero liderazgo se manifiesta en el servicio y el sacrificio, y que el poder de Dios se perfecciona en nuestra debilidad.
2 Corintios capítulo 11
- 2 Corintios 11:1
- 2 Corintios 11:2
- 2 Corintios 11:3
- 2 Corintios 11:4
- 2 Corintios 11:5
- 2 Corintios 11:6
- 2 Corintios 11:7
- 2 Corintios 11:8
- 2 Corintios 11:9
- 2 Corintios 11:10
- 2 Corintios 11:11
- 2 Corintios 11:12
- 2 Corintios 11:13
- 2 Corintios 11:14
- 2 Corintios 11:15
- 2 Corintios 11:16
- 2 Corintios 11:17
- 2 Corintios 11:18
Descubre cómo FaithAI está transformando vidas
Miles de usuarios están experimentando un crecimiento espiritual diario y una conexión renovada con Dios.