La historia comienza con el rey Acazías de Israel, quien se encuentra gravemente enfermo tras una caída. En lugar de buscar la ayuda del Dios de Israel, decide consultar a Baal-zebub, el dios de Ekron, en busca de respuestas. Este acto de deslealtad provoca la ira de Dios, quien envía al profeta Elías para confrontar al rey. Elías, con valentía, le declara que no se levantará de su lecho de muerte por haber buscado a un dios falso. La respuesta de Acazías es desafiante, y envía mensajeros para capturar a Elías. Sin embargo, el profeta demuestra el poder de Dios al llamar fuego del cielo, consumiendo a los soldados enviados. Este capítulo establece el conflicto entre la adoración verdadera y la idolatría, y resalta la autoridad de los profetas en la proclamación del mensaje divino.
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