Eliseo, un profeta de Dios, está hablando con Hazael, quien pronto se convertirá en rey de Aram. Las lágrimas de Eliseo son una respuesta a la visión que ha recibido de Dios sobre las atrocidades futuras que Hazael cometerá contra los israelitas. Estos actos incluyen la quema de sus ciudades fortificadas, el asesinato de jóvenes y actos horrendos contra niños y mujeres embarazadas. Las lágrimas de Eliseo son un testimonio de su compasión y de la pesada carga del conocimiento profético. Este pasaje subraya la naturaleza destructiva del poder cuando se utiliza sin consideración por la vida y la dignidad humanas. También sirve como un recordatorio conmovedor del sufrimiento que puede resultar de la ambición humana y del abuso de la autoridad. La reacción de Eliseo invita a los lectores a reflexionar sobre la importancia de la empatía y las responsabilidades morales del liderazgo. El pasaje nos desafía a considerar cómo nuestras acciones impactan a los demás y a esforzarnos por un estilo de liderazgo que priorice la compasión y la justicia sobre la violencia y la dominación.
Y Hazael dijo: ¿Qué es tu siervo, un perro muerto, para que haga tan grande cosa? Y Eliseo le dijo: Jehová me ha mostrado que tú serás rey de Siria.
2 Reyes 8:12
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