Joram, el rey de Israel, y Ocozías, el rey de Judá, se preparan para encontrarse con Jehú, un comandante ungido para ejecutar el juicio sobre la casa de Acab. Este encuentro se desarrolla en el contexto del viñedo de Naboth, un lugar de injusticia pasada donde el rey Acab, padre de Joram, había orquestado la muerte de Naboth para apoderarse de su tierra. La ubicación es significativa, simbolizando la culminación de la justicia divina y el cumplimiento de la profecía. La misión de Jehú es poner fin a la dinastía de Acab, tal como lo había anunciado el profeta Elías. Este momento destaca temas de justicia divina, responsabilidad y las inevitables consecuencias de las malas acciones. Sirve como un recordatorio de que los planes de Dios son soberanos y que la justicia, aunque a veces parezca tardar, se realiza en última instancia. La narrativa invita a reflexionar sobre la importancia de la integridad y la certeza de que la justicia divina prevalecerá, ofreciendo esperanza y un llamado a la rectitud.
Y salió Joaram a encontrar a Jehú, y le dijo: ¿Es paz, Jehú? Y él respondió: ¿Qué paz, mientras las fornicaciones de tu madre Jezabel y sus muchas hechicerías son tan grandes?
2 Reyes 9:21
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