Pablo y Silas continúan su viaje misionero, llegando a Tesalónica, donde predican en la sinagoga y muchos judíos y griegos creen en el evangelio. Sin embargo, la oposición surge rápidamente, y algunos judíos celosos incitan a la multitud, lo que lleva a Pablo y Silas a huir a Berea. Allí, los bereanos son elogiados por su disposición a examinar las Escrituras. A pesar de la buena recepción, los opositores de Tesalónica siguen a Pablo hasta Berea, obligándolo a escapar nuevamente. Finalmente, Pablo llega a Atenas, donde se siente perturbado al ver la ciudad llena de ídolos. Este capítulo resalta la importancia de la predicación del evangelio en diferentes contextos y la perseverancia de Pablo ante la oposición.
Hechos capítulo 17
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