El mensaje de Pedro en el día de Pentecostés fue tan impactante que conmovió profundamente a quienes lo escucharon. La expresión "compungidos de corazón" indica un sentido profundo de convicción y la realización de su necesidad de cambio. La respuesta de la multitud, preguntando "Hermanos, ¿qué haremos?", muestra una disposición a asumir la responsabilidad y buscar una nueva dirección en sus vidas. Este momento marca un punto de inflexión, donde la comprensión conduce a la acción. Demuestra el poder del Espíritu Santo trabajando a través de los apóstoles para provocar una transformación en la vida de los oyentes.
Este versículo es un recordatorio poderoso de la importancia de estar abiertos a las verdades espirituales y de estar dispuestos a actuar en consecuencia. Anima a los creyentes a no solo escuchar el mensaje del Evangelio, sino a permitir que penetre en sus corazones, impulsándolos a buscar orientación y hacer cambios significativos. La apertura y humildad mostradas por la multitud sirven como un ejemplo para todos los que buscan vivir una vida alineada con la voluntad de Dios.