En este versículo, se recuerda a los israelitas los eventos milagrosos que presenciaron durante su éxodo de Egipto. Estos eventos incluyeron grandes pruebas, señales y maravillas que demostraron el poder inmenso de Dios y Su compromiso con su liberación. La 'mano poderosa y el brazo extendido' simbolizan la intervención activa y poderosa de Dios en la historia humana, específicamente en la liberación de Su pueblo de la esclavitud.
Este recordatorio cumple un doble propósito: refuerza la fe de los israelitas en la capacidad de Dios para protegerlos y liberarlos, y les asegura que el mismo poder divino será utilizado contra las naciones que temen al entrar a la Tierra Prometida. El mensaje es uno de tranquilidad y aliento, enfatizando que las acciones pasadas de Dios son una garantía de Su futura fidelidad. Este versículo invita a los creyentes a reflexionar sobre la fidelidad pasada de Dios en sus propias vidas y a confiar en Su presencia y poder en los desafíos actuales.