En este versículo, el apóstol Pablo utiliza la metáfora de una novia para describir la relación de la iglesia con Cristo. Así como una novia se adorna y se embellece para su boda, el amor y sacrificio de Cristo purifican y santifican a la iglesia. Esta imagen resalta el poder transformador del amor de Cristo, que limpia a los creyentes del pecado y los presenta como santos e irreprochables. La iglesia es representada como radiante, sin ninguna mancha o defecto, simbolizando la pureza y santidad que Cristo imparte a Sus seguidores. Este pasaje asegura a los cristianos que son valorados y amados por Cristo, quien está comprometido con su crecimiento y perfección espiritual. También sirve como recordatorio del objetivo final de la vida cristiana: unirse a Cristo en santidad y amor. El versículo anima a los creyentes a vivir de una manera que refleje esta transformación divina, esforzándose por la pureza y la rectitud mientras esperan el cumplimiento de las promesas de Dios.
a fin de presentársela a sí mismo como iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
Efesios 5:27
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