El rey Jerjes, al revisar las crónicas, descubre que Mardoqueo había revelado previamente un complot en su contra, pero no había sido recompensado por su lealtad. Este descuido lleva al rey a preguntar sobre cualquier reconocimiento que Mardoqueo pudiera haber recibido. La respuesta de sus asistentes, indicando que no se había hecho nada, prepara el escenario para el eventual honor de Mardoqueo. Esta historia subraya el tema bíblico de la justicia divina y el tiempo, ilustrando cómo las buenas acciones son eventualmente reconocidas y recompensadas, incluso si se retrasan. Nos anima a confiar en el tiempo y la justicia de Dios, recordándonos que nuestras acciones, especialmente aquellas realizadas con fe y lealtad, son vistas y valoradas por Él. Además, el pasaje sirve como una lección en liderazgo, instando a quienes están en autoridad a ser atentos y justos en el reconocimiento de las contribuciones de los demás. Esta narrativa invita a reflexionar sobre cómo podemos asegurarnos de no pasar por alto las buenas acciones de quienes nos rodean, fomentando una cultura de gratitud y reconocimiento.
Y el rey preguntó: ¿Qué honra y qué distinción se ha dado a Mardoqueo por esto? Y dijeron los criados del rey que le servían: Nada se le ha hecho en ello.
Ester 6:3
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