Este versículo captura un momento de intensa presión y sufrimiento para los israelitas bajo la esclavitud egipcia. Los capataces de Faraón azotan a los supervisores israelitas, quienes fueron designados para asegurar que la fuerza laboral cumpliera con sus cuotas diarias de producción de ladrillos. Este castigo ocurre porque los capataces no lograron cumplir con estas cuotas, las cuales se volvieron imposibles de alcanzar debido al decreto anterior de Faraón de retener la paja, un componente necesario para hacer ladrillos. Este acto de crueldad es indicativo de la opresión sistémica más amplia que enfrentaban los israelitas, quienes estaban sometidos a condiciones laborales duras e injustas. Los capataces, atrapados entre las demandas de Faraón y la tarea imposible impuesta a su pueblo, simbolizan la lucha más amplia de los israelitas. Este versículo destaca la gravedad de su situación y prepara el camino para su eventual liberación. Sirve como un recordatorio de la resiliencia de los oprimidos y la esperanza de liberación, temas que resuenan a lo largo de la narrativa bíblica y ofrecen aliento a quienes enfrentan injusticias.
Y los capataces de los hijos de Israel, a los cuales Faraón había puesto sobre ellos, fueron azotados, y les decían: ¿Por qué no habéis cumplido vuestra tarea de hacer ladrillos ayer y hoy, como antes?
Éxodo 5:14
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