En esta promesa, Dios asegura a su pueblo un futuro donde su presencia será inconfundible y su Espíritu será dado en abundancia. Esto significa un cambio profundo respecto a los tiempos en que el pueblo se sintió abandonado o distante de Dios debido a sus acciones. El derramamiento del Espíritu indica una renovación de la relación y el pacto, donde la guía, sabiduría y consuelo de Dios están disponibles para su pueblo. Este es un mensaje de esperanza y restauración, que resalta el compromiso inquebrantable de Dios hacia su pueblo a pesar de las transgresiones pasadas. La imagen del derramamiento del Espíritu sugiere una abundancia desbordante, un regalo generoso que transforma y empodera al pueblo de Israel. Esta promesa no solo se refiere a la restauración física, sino también a la renovación espiritual, donde el pueblo es rejuvenecido y reconectado con su Creador. Refleja el plan supremo de Dios para que su pueblo viva en armonía con Él, experimentando su amor y guía en su vida cotidiana. La declaración del Señor Soberano subraya la certeza y autoridad de esta promesa, ofreciendo seguridad y aliento a los creyentes.
Y no esconderé más de ellos mi rostro; porque he derramado mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice el Señor Jehová.
Ezequiel 39:29
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