El libro de Esdras narra el regreso de los exiliados judíos a Jerusalén y sus esfuerzos por reconstruir su comunidad y vida religiosa. El capítulo 10 se centra en el problema del matrimonio con mujeres extranjeras, considerado una violación del pacto con Dios. Esdras, como líder y escriba, convoca al pueblo al arrepentimiento y a renovar su compromiso con las leyes de Dios. En este versículo, se enumeran los nombres de individuos que formaron parte de este proceso de reforma. Estos nombres representan a aquellos que asumieron la responsabilidad de sus acciones y participaron en el esfuerzo colectivo por restaurar su relación con Dios. Este pasaje destaca la importancia de la responsabilidad personal y el compromiso colectivo para mantener los valores e identidad religiosos. Sirve como un recordatorio de la necesidad de que las comunidades se apoyen mutuamente en el mantenimiento de su fe y en la adhesión a sus compromisos espirituales. La lista de nombres subraya la naturaleza personal del arrepentimiento y el aspecto comunitario de la vida religiosa, enfatizando que cada individuo desempeña un papel en la salud espiritual de la comunidad.
Y el que no viniera dentro de tres días, conforme al consejo de los príncipes y de los ancianos, toda su posesión sería confiscada, y él sería separado de la congregación de los desterrados.
Esdras 10:36
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