En este pasaje, Dios habla directamente a Rebeca, revelándole el futuro de sus hijos no nacidos. Ella lleva en su seno a dos gemelos, quienes serán los progenitores de dos naciones. Esta profecía es significativa, ya que establece el escenario para la futura relación entre Esaú y Jacob, los gemelos en su vientre. La afirmación de que el mayor servirá al menor es particularmente impactante, pues va en contra de la expectativa cultural tradicional de que el primogénito tendría la posición de mayor poder y privilegio. Esta inversión de roles es un tema recurrente en la Biblia, donde Dios a menudo elige a los menos esperados o al menor para cumplir Sus propósitos, como se ve en las historias de David y José. Este pasaje subraya la idea de que los planes de Dios no están limitados por las costumbres humanas o las expectativas, y Sus elecciones son a menudo sorprendentes. También destaca el tema de la soberanía divina, donde la voluntad de Dios se cumple a pesar de las acciones humanas o las normas sociales. Este versículo invita a los creyentes a confiar en la sabiduría y el tiempo de Dios, incluso cuando Sus planes parecen poco convencionales o inesperados.
Y le dijo Jehová: Dos naciones hay en tu seno, y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; y un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor.
Génesis 25:23
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