El capítulo veintiséis de Génesis se centra en Isaac, quien se encuentra en Gerar durante una época de escasez. Al igual que su padre Abraham, Isaac enfrenta desafíos y conflictos, especialmente en relación con el agua y los pozos. Dios se le aparece y le asegura que estará con él y lo bendecirá, reafirmando las promesas hechas a Abraham. Isaac obedece y se queda en la tierra, prosperando a pesar de la adversidad. Este capítulo destaca la fe de Isaac y su dependencia de Dios en tiempos difíciles. La historia también ilustra la importancia de la obediencia y la confianza en las promesas divinas, mostrando cómo Dios provee y bendice a aquellos que permanecen fieles a Él.
Génesis capítulo 26
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