En este versículo, Dios tranquiliza al pueblo de Israel asegurándoles que el nuevo templo que están construyendo será más glorioso que el anterior. Esta promesa llega en un momento en que los israelitas se sienten desanimados por los modestos comienzos del nuevo templo en comparación con el grandioso templo de Salomón. Dios enfatiza que la verdadera gloria proviene de Su presencia, no de la estructura física en sí. La promesa de paz es profunda, indicando un sentido holístico de bienestar, seguridad y favor divino que Dios otorgará a Su pueblo. Esta paz no es meramente la ausencia de guerra, sino una profunda tranquilidad espiritual que proviene de estar en una relación correcta con Dios. Para los creyentes de hoy, este versículo sirve como un recordatorio de que los planes de Dios a menudo superan nuestras expectativas y que Su presencia en nuestras vidas trae una gloria y paz que sobrepasan todo entendimiento. Anima a la fe y la perseverancia, confiando en que Dios está obrando incluso cuando no podemos ver el cuadro completo.
La gloria de esta casa postrera será mayor que la de la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.
Hageo 2:9
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