El cuadragésimo noveno capítulo de Isaías presenta una poderosa profecía sobre el Siervo de Dios, quien será un instrumento de salvación tanto para Israel como para las naciones. El profeta describe cómo el Siervo será llamado desde el vientre materno y será dotado de la misión de restaurar a Israel y llevar la luz a los gentiles. Isaías enfatiza que la salvación de Dios no se limita a Su pueblo elegido, sino que se extiende a todas las naciones. Este capítulo es un anuncio de esperanza y redención, recordando que Dios tiene un plan para todos. La figura del Siervo anticipa la venida de Cristo, quien cumplirá estas profecías a través de Su vida y ministerio. La promesa de salvación es un mensaje que invita a todos a acercarse a Dios con fe y confianza.
Isaías capítulo 49
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