En Isaías 51:9, el profeta llama al 'brazo del Señor' para que despierte y demuestre su poder como lo hizo en el pasado. Esta imagen del brazo de Dios simboliza Su fuerza y capacidad para salvar. La referencia a 'Rahab' y al 'monstruo' se entiende a menudo como una metáfora del caos y las fuerzas del mal que Dios ha derrotado a lo largo de la historia, posiblemente aludiendo a la historia del Éxodo, donde Dios liberó a los israelitas de Egipto. Al invocar estas victorias pasadas, el versículo asegura al pueblo sobre el poder inmutable de Dios y Su disposición a actuar en favor de Su pueblo. Sirve como un recordatorio de que, así como Dios ha triunfado sobre enemigos formidables antes, puede hacerlo nuevamente. Este llamado a 'despertar' no es solo una súplica por acción, sino también una expresión de fe en la soberanía eterna de Dios y Su compromiso con Su pueblo en pacto. Los creyentes son alentados a aferrarse a la esperanza y confiar en la liberación de Dios, sabiendo que Su poder es tan potente hoy como lo fue en el pasado.
Despierta, despierta, vístete de poder, oh brazo de Jehová; despierta, como en los días antiguos, como en las generaciones pasadas. ¿No eres tú el que cortó a Rahab, y hirió al dragón?
Isaías 51:9
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