En este capítulo, Dios se dirige a los exiliados en Egipto a través de Jeremías, advirtiéndoles sobre las consecuencias de su idolatría y desobediencia. A pesar de haber sido llevados a Egipto en busca de seguridad, el pueblo continúa adorando a ídolos y rechazando la verdad de Dios. La advertencia es clara: si no se arrepienten y vuelven a Dios, enfrentarán el juicio. Este capítulo destaca la importancia de la fidelidad a Dios, incluso en tierras extranjeras, y la necesidad de permanecer firmes en la adoración verdadera. La historia de los exiliados en Egipto invita a los lectores a considerar su propia lealtad a Dios y a reflexionar sobre las tentaciones de la idolatría en sus propias vidas.
Jeremías capítulo 44
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