Eliú, un personaje que aparece más tarde en el Libro de Job, comienza a hablar después de que Job y sus tres amigos han debatido las razones de su sufrimiento. A diferencia de los otros amigos, Eliú es más joven y espera su turno para hablar por respeto a su edad. Él cree que Job se ha centrado demasiado en su propia rectitud y ha cuestionado inapropiadamente la justicia de Dios. Eliú argumenta que la comprensión humana es limitada y que los caminos de Dios están más allá de la comprensión humana. Enfatiza que Dios es justo y que los seres humanos deben acercarse a Él con humildad y reverencia.
Los discursos de Eliú son únicos porque preparan el camino para la propia respuesta de Dios a Job. Desafía la perspectiva de Job, sugiriendo que el sufrimiento puede tener propósitos más allá del castigo, como enseñar o refinar el carácter. Las palabras de Eliú nos recuerdan la importancia de mantener la fe y la confianza en la sabiduría de Dios, incluso cuando las circunstancias son difíciles de entender. Sus discursos animan a los creyentes a considerar la grandeza y la justicia de Dios, instando a una actitud humilde y reverente hacia lo divino.