En este versículo, el profeta Joel instruye al pueblo a tocar la trompeta en Sion, un acto simbólico destinado a alertar a los habitantes sobre un evento de gran importancia que se avecina. La trompeta, utilizada en tiempos antiguos para señalar anuncios o advertencias importantes, sirve como metáfora de la urgencia y seriedad del mensaje. El "día de Jehová" es un tema recurrente en la Biblia, representando un tiempo en el que Dios intervendrá en la historia humana, a menudo asociado con el juicio y el cumplimiento de promesas divinas.
El llamado a "dar alarma en mi monte santo" subraya la sacralidad del mensaje y la importancia de estar espiritualmente preparados. La mención de Sion, un término que a menudo se refiere a Jerusalén o al pueblo de Dios, resalta el aspecto comunitario de la advertencia, instando a todos los que habitan en la tierra a prestar atención. El temblor del pueblo simboliza una profunda reverencia y conciencia de la presencia y poder divinos. Este versículo sirve como un recordatorio de la necesidad de vigilancia, arrepentimiento y preparación para la acción de Dios en el mundo.