La ubicación de Betania, a menos de dos millas de Jerusalén, es significativa en la narrativa del ministerio de Jesús. Esta proximidad no solo hacía de Betania un lugar conveniente para que Jesús se quedara al visitar Jerusalén, sino que también permitía que sus actividades y enseñanzas llegaran rápidamente a la ciudad. Esta cercanía facilitó la difusión de noticias sobre sus milagros, como la resurrección de Lázaro, que tuvo un profundo impacto en la gente de Jerusalén y sus alrededores.
Betania era un lugar de refugio y amistad para Jesús. Era el hogar de María, Marta y Lázaro, quienes eran amigos cercanos de Jesús. Esta relación subraya el aspecto humano del ministerio de Jesús, enfatizando sus conexiones y la naturaleza personal de su misión. El detalle geográfico nos recuerda la realidad tangible de estos eventos y la importancia estratégica de Betania en el desarrollo de los últimos días de Jesús. La cercanía a Jerusalén también presagia la tensión y el eventual enfrentamiento que llevarían a su crucifixión, convirtiendo a Betania en un lugar clave en la narrativa del Evangelio.