En este versículo, Jesús se prepara para su partida y la llegada del Espíritu Santo, a quien llama el Consolador. El término Consolador también puede traducirse como Ayudador, lo que indica el papel de apoyo que el Espíritu Santo desempeñará en la vida de los creyentes. Enviado por el Padre, el Espíritu de verdad dará testimonio acerca de Jesús, afirmando sus enseñanzas y guiando a los creyentes en la verdad. Esta promesa resalta la presencia continua de Dios con sus seguidores, incluso después de la partida física de Jesús. El papel del Espíritu Santo es crucial para ayudar a los creyentes a comprender la profundidad del mensaje de Jesús y para empoderarlos a vivir su fe. Esta certeza de la presencia y guía divina ofrece consuelo y fortaleza, recordando a los cristianos que nunca están solos en su camino espiritual. El testimonio del Espíritu acerca de Jesús ayuda a sostener la fe y anima a los creyentes a permanecer firmes en su compromiso con las enseñanzas de Cristo.
Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual del Padre procede, él dará testimonio acerca de mí.
Juan 15:26
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