Jesús nos asegura que enfrentaremos dificultades y pruebas en la vida, pero podemos encontrar paz en Él. Su victoria sobre el mundo nos da esperanza y fuerza para superar cualquier adversidad. Nos invita a ser valientes y confiar en su poder y amor, que son más grandes que cualquier problema que enfrentemos.
La promesa de Jesús de paz no significa ausencia de problemas, sino una tranquilidad interior que proviene de saber que Él ha vencido al mundo. Al confiar en Él, podemos enfrentar nuestras luchas con una perspectiva diferente, sabiendo que no estamos solos y que su victoria también es nuestra.