Jesús nos extiende una invitación a confiar plenamente en Él. Al responder a esta llamada, Él promete que seremos llenos de vida y bendiciones, de manera que nuestra existencia se asemejará a ríos de agua viva que fluyen desde nuestro interior. Esta poderosa imagen de ríos de agua viva simboliza la abundancia, el renacimiento y la plenitud que solo Dios puede proporcionar. No se trata únicamente de una promesa de vida eterna, sino también de una vida que está llena de propósito, significado y satisfacción aquí en la tierra. Al confiar en Jesús, permitimos que su amor y gracia fluyan a través de nosotros, impactando a quienes nos rodean y transformando nuestras vidas de manera profunda y duradera. La verdadera fe en Jesús no solo cambia nuestra perspectiva, sino que nos capacita para vivir vidas que reflejan su amor y compasión hacia los demás. Es una invitación a experimentar la plenitud de la vida en su máxima expresión, guiados por la sabiduría y el amor de Dios.
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Juan 7:38
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