La campaña de Josué contra los reyes de Canaán estuvo marcada por una serie de victorias que se atribuyeron a la intervención divina del Señor. Estas victorias no se debieron únicamente a la destreza militar o a la estrategia de Josué, sino porque el Señor, el Dios de Israel, luchaba activamente por Su pueblo. Esto subraya un tema central en la Biblia: Dios es fiel a aquellos que confían en Él y siguen Sus mandamientos.
El pasaje resalta la importancia de reconocer la mano de Dios en nuestros éxitos y desafíos. Anima a los creyentes a depositar su confianza en Dios, entendiendo que Él es un poderoso aliado en tiempos de necesidad. La historia de la conquista de Josué es un testimonio de la creencia de que, con Dios de su lado, los creyentes pueden enfrentar y conquistar cualquier adversidad. También sirve como un recordatorio de la relación de pacto entre Dios y Su pueblo, donde Dios promete estar con ellos y luchar por ellos mientras permanezcan fieles a Él.