En este versículo, los israelitas están viviendo un momento significativo de cumplimiento. Después de años de vagar y de guerra, Dios les ha concedido descanso, tal como había prometido. Este descanso no es solo el cese del conflicto, sino una paz más profunda que proviene de vivir en la tierra que Dios había prometido a sus antepasados. El versículo se dirige específicamente a las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés, que se habían establecido al este del río Jordán. Inicialmente, cruzaron el Jordán con el resto de los israelitas para ayudar a conquistar la tierra al oeste del Jordán. Ahora, habiendo cumplido su compromiso, se les instruye a regresar a sus hogares. Este regreso es un testimonio de la fidelidad de Dios y el cumplimiento de sus promesas. También subraya la importancia de la comunidad y la cooperación entre las tribus, ya que se apoyaron mutuamente para lograr un objetivo común. El versículo sirve como un recordatorio de la paz y las bendiciones que vienen de la obediencia y la confianza en el plan de Dios, animando a los creyentes a aferrarse a las promesas de Dios y a apoyarse unos a otros en sus caminos espirituales.
Y ahora Jehová vuestro Dios ha dado reposo a vuestros hermanos, como les había dicho; ahora, pues, volved y id a vuestras tiendas, a la tierra de vuestra posesión, la cual Moisés siervo de Jehová os dio al otro lado del Jordán.
Josué 22:4
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