En este pasaje, los israelitas se encuentran ante un desafío moral y espiritual. Fueron engañados por los gibeonitas, quienes se hicieron pasar por personas de una tierra lejana para asegurar un tratado de paz con Israel. Al descubrir la mentira, los israelitas se ven obligados a cumplir el juramento que hicieron ante Dios. Los líderes deciden dejar vivir a los gibeonitas para no romper su promesa y evitar la ira divina. Esta decisión destaca la importancia de los votos y la necesidad de mantener la integridad, incluso cuando se ha sido engañado. Enseña que honrar los compromisos es crucial, ya que romperlos puede acarrear consecuencias espirituales. La elección de los israelitas refleja un profundo respeto por la autoridad de Dios y la comprensión de que Su ira es un asunto serio. Al mantener su juramento, demuestran un compromiso con la rectitud y un deseo de alinearse con la voluntad divina. Esta historia sirve como recordatorio de la importancia de la fidelidad y el peso de nuestras palabras y promesas, animando a los creyentes a actuar con integridad y responsabilidad en todas las circunstancias.
Y esto haremos con ellos: los dejaremos vivir, para que no venga sobre nosotros la ira del Dios de Israel, por el juramento que les hemos hecho.
Josué 9:20
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