La construcción del altar por parte de Gedeón y su nombramiento como "Jehová-shalom" marcan un momento crucial en su camino espiritual. Después de un encuentro con un ángel del Señor, Gedeón recibe la certeza de la presencia y la misión de Dios para él. Al edificar el altar, crea un símbolo duradero de la paz y la fidelidad de Dios, un lugar donde puede recordar Su promesa y presencia. Este acto es significativo, ya que ocurre en un tiempo de opresión y miedo para los israelitas. El nombre que Gedeón le da al altar refleja su nueva comprensión y confianza en Dios como fuente de paz, incluso cuando las circunstancias son difíciles. El altar se erige como un testimonio de la paz perdurable que Dios ofrece, trascendiendo los desafíos inmediatos que Gedeón y su pueblo enfrentan. Para los creyentes de hoy, esta historia sirve como un recordatorio para buscar la paz de Dios y confiar en Su presencia, sabiendo que Él está con nosotros en cada situación. Invita a crear recordatorios personales de la fidelidad de Dios, ya sea a través de la oración, la reflexión o actos significativos.
Y edificó Gedeón allí un altar a Jehová, y lo llamó Jehová-shalom. Al día de hoy aún está en Ofra de los abiezeritas.
Jueces 6:24
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