Gedeón, un juez de Israel, se encuentra en un momento de incertidumbre y busca confirmación de Dios. Pide una señal que involucra un vellón, un trozo de lana, que debe estar seco mientras el suelo circundante está mojado con rocío. Esta solicitud sigue a una prueba anterior en la que pidió lo contrario. Las acciones de Gedeón destacan una experiencia humana común: la necesidad de seguridad y señales tangibles de la presencia y guía de Dios. A pesar de haber recibido ya una señal, Gedeón vuelve a preguntar, mostrando su vulnerabilidad y deseo de certeza. Esta narrativa enfatiza la paciencia y comprensión de Dios. Él no reprende a Gedeón por su solicitud, sino que lo encuentra en su duda, proporcionándole la señal que busca. Esta historia anima a los creyentes a acercarse a Dios con sus incertidumbres y confiar en que Dios es compasivo y está dispuesto a ofrecer guía. Nos asegura que buscar la voluntad de Dios es un viaje, y está bien pedir claridad cuando nos sentimos inseguros sobre nuestro camino.
Y dijo Gedeón a Dios: No se encienda tu ira contra mí, y hablaré una vez más; yo te ruego que me dejes probar una vez más con el vellón; que sea ahora el vellón seco, y que haya sobre toda la tierra rocío.
Jueces 6:39
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