Gideón, un juez israelita, estaba persiguiendo a los reyes madianitas Zebah y Zalmunna. Durante esta persecución, buscó provisiones y apoyo de los habitantes de Peniel, tal como lo había hecho con los de Sucot. Sin embargo, los de Peniel, al igual que los de Sucot, se negaron a ayudarlo. Esta negativa fue significativa porque demostró una falta de fe y solidaridad entre los israelitas en un momento de necesidad.
La experiencia de Gideón subraya un tema más amplio sobre la renuencia humana a apoyar causas justas, especialmente cuando el resultado es incierto. También revela los desafíos que enfrentan los líderes al intentar unir a las personas hacia un objetivo común. A pesar de la falta de apoyo, Gideón continuó con su misión, impulsado por su fe y compromiso con la dirección de Dios. Esta narrativa anima a los creyentes a mantenerse firmes en sus esfuerzos, confiando en el apoyo divino incluso cuando la asistencia humana es escasa. Sirve como un recordatorio de que la perseverancia y la fe pueden superar obstáculos, y que los planes de Dios a menudo prevalecen a pesar de la renuencia humana.