El enfoque de este versículo está en la conducta ética y la justicia en nuestras relaciones con los demás, especialmente en el ámbito laboral y comercial. La orden de no defraudar ni robar a tu prójimo es un llamado a mantener la honestidad y la integridad en todas las transacciones. Esto refleja un principio bíblico más amplio de amar al prójimo como a uno mismo, que incluye el respeto por sus derechos y propiedades. La instrucción específica de no retener el salario de un trabajador contratado durante la noche nos recuerda la importancia de un pago oportuno y un trato justo hacia los trabajadores. En tiempos antiguos, los salarios diarios eran cruciales para la supervivencia de un trabajador, y retenerlos podía causar dificultades significativas. Esta enseñanza sigue siendo relevante hoy, ya que nos anima a considerar el impacto de nuestras acciones en los demás y a asegurarnos de actuar con justicia y compasión, reflejando el amor y la equidad que Dios desea en nuestras comunidades. Al adherirnos a estos principios, contribuimos a una sociedad que valora la justicia, el respeto y el cuidado mutuo.
No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana.
Levítico 19:13
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