El vigésimo primer capítulo de Levítico se centra en las leyes que rigen la vida de los sacerdotes, quienes son llamados a un nivel elevado de pureza y dedicación en su servicio a Dios. Se establecen normas específicas sobre la conducta, la vestimenta y las relaciones de los sacerdotes, enfatizando que deben ser un ejemplo de santidad para el pueblo. Por ejemplo, se prohíbe a los sacerdotes tocar cuerpos muertos, lo que simboliza la necesidad de mantenerse alejados de la impureza. Además, se detallan las restricciones sobre el matrimonio, asegurando que los sacerdotes se casen con mujeres que sean igualmente puras. Este capítulo subraya la importancia del liderazgo espiritual y la responsabilidad de los sacerdotes de guiar al pueblo en la adoración y la obediencia a Dios.
Levítico capítulo 21
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