La reacción inicial de María ante el saludo del ángel es de sorpresa y confusión. Este momento captura su humildad y la genuina naturaleza de su carácter. Como una joven de un trasfondo humilde, María no estaba acostumbrada a recibir mensajes tan exaltados, especialmente de un mensajero celestial. Su estado de turbación refleja una respuesta humana natural ante lo desconocido y lo inesperado.
Este encuentro es significativo porque establece el escenario para el anuncio del nacimiento de Jesús, un momento crucial en la teología cristiana. La maravilla y contemplación de María indican su naturaleza reflexiva, ya que busca entender el significado detrás de las palabras del ángel. También subraya un tema más amplio en la Biblia: los planes de Dios a menudo se desarrollan de maneras misteriosas y más allá de la comprensión humana. La experiencia de María anima a los creyentes a abrazar los misterios divinos con fe y confianza, incluso cuando desafían nuestra comprensión. Su historia es un recordatorio de que Dios a menudo elige a los humildes y a los bajos para cumplir Sus propósitos, invitándonos a estar abiertos a Su llamado, sin importar cuán inesperado pueda ser.