En este momento, los oyentes se ven impactados por la dificultad de alcanzar la salvación a través de medios humanos. Responden a las enseñanzas de Jesús sobre los desafíos que la riqueza y la autosuficiencia pueden representar para entrar en el reino de Dios. La pregunta "¿Quién, pues, podrá ser salvo?" destaca una preocupación universal sobre la naturaleza de la salvación y la incapacidad humana para lograrla solo por méritos personales. Esta indagación prepara el terreno para que Jesús revele el poder transformador de la gracia y la misericordia de Dios.
La pregunta de los oyentes subraya el reconocimiento de que la salvación está más allá de la capacidad humana, señalando la necesidad de una intervención divina. Enfatiza la necesidad de humildad y un cambio de la autosuficiencia a la dependencia de Dios. Este pasaje tranquiliza a los creyentes al recordarles que la salvación es un regalo de Dios, alcanzable no a través del esfuerzo humano, sino mediante la fe y la confianza en el amor y el poder de Dios. Invita a una comprensión más profunda de la gracia, animando a los creyentes a abrazar la esperanza y la seguridad que provienen de la promesa de salvación de Dios.