La enseñanza de Jesús en este versículo subraya la importancia de la generosidad y la reciprocidad. Al dar, no solo ayudamos a los demás, sino que también abrimos la puerta a recibir bendiciones en abundancia. La imagen de una medida buena, apretada y rebosante sugiere que nuestras acciones generosas serán recompensadas de manera sobreabundante. Esta promesa nos motiva a actuar con bondad y a compartir nuestros recursos, sabiendo que nuestras acciones no pasarán desapercibidas ante Dios. La generosidad no solo beneficia a los que reciben, sino que también transforma nuestro propio corazón, haciéndonos más semejantes a Cristo y fortaleciendo nuestra fe y confianza en la provisión divina. Jesús nos recuerda que con la misma medida con que medimos, se nos volverá a medir, enfatizando la justicia y la equidad en nuestras acciones.
Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
Lucas 6:38
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