En este encuentro, Jesús le hace al ciego una pregunta que parece simple: "¿Qué quieres que te haga?" Esta pregunta no se limita a la sanación física, sino que invita al hombre a articular su fe y su deseo de cambio. Al dirigirse a Jesús como "Rabí", el ciego reconoce la autoridad de Jesús y expresa su creencia en Su poder para sanar. Este momento subraya la importancia de la fe en el camino cristiano. Nos recuerda que Dios está atento a nuestras necesidades y nos anima a acercarnos a Él con honestidad y confianza. La solicitud del ciego de ver es tanto literal como metafórica, simbolizando un deseo de comprensión y claridad espiritual. La disposición de Jesús para escuchar y responder al clamor del hombre demuestra Su compasión y Su disposición para encontrarnos donde estamos, ofreciendo sanación y transformación. Este pasaje alienta a los creyentes a comunicar abiertamente sus necesidades a Dios, confiando en Su amor y poder para traer cambios en sus vidas.
Entonces Jesús le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.
Marcos 10:51
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