En este pasaje, Jesús subraya la importancia de estar vigilantes y preparados para su regreso. Reconoce que el momento exacto de su llegada es desconocido, lo que exige un estado de vigilancia constante. Esto es un recordatorio para los creyentes de vivir con un sentido de urgencia y propósito, enfocándose en su relación con Dios y en su crecimiento espiritual. El llamado a estar en guardia no se trata de miedo, sino de mantener una postura de preparación y anticipación. Anima a los cristianos a vivir con fidelidad, aprovechando cada oportunidad para servir y amar a los demás. Esta vigilancia implica estar espiritualmente despiertos, evitando la complacencia y manteniéndose conectados con Dios a través de la oración y la reflexión. Al vivir con esta conciencia, los creyentes pueden enfrentar los desafíos de la vida con esperanza y confianza, confiando en el tiempo y el plan perfectos de Dios. El mensaje es uno de aliento, instando a los cristianos a permanecer firmes en su fe y activos en su camino espiritual, mientras esperan el cumplimiento de las promesas de Dios.
33"Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo."
Marcos 13:33
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