En esta metáfora, Jesús se compara con un esposo, una figura de alegría y celebración. La presencia del esposo significa un tiempo de festividad, similar a un banquete de bodas. El tiempo de Jesús en la tierra con Sus discípulos estuvo marcado por enseñanzas, sanaciones y la alegría de Su presencia. Sin embargo, también anticipa un evento futuro cuando Él, el esposo, será quitado de ellos. Esto se refiere a Su inminente crucifixión y eventual ascensión al cielo.
Durante el ministerio terrenal de Jesús, Sus discípulos no ayunaban porque estaban en la presencia del Mesías, viviendo el cumplimiento de las promesas de Dios. Pero Él reconoce que llegará un momento en que Sus seguidores ayunarán, una práctica a menudo asociada con el luto, el arrepentimiento y la disciplina espiritual. Este ayuno simboliza un período de anhelo y anticipación por Su regreso. El versículo subraya el profundo vínculo entre Jesús y Sus discípulos, así como la respuesta humana natural de ayunar en tiempos de ausencia espiritual y anhelo por la presencia divina.